Desde la selva del Darién en el Chocó hasta los parques nacionales de la Amazonia, pasando por las planicies del Cesar, los bosques del Pacífico y las riberas del Magdalena, el Cauca y el San Jorge, se han multiplicado los episodios de violencia contra las comunidades -indígenas, afro y campesinas- que han dedicado su vida a conservar su entorno natural. En Colombia, aún después de un histórico acuerdo de paz que puso fin a 50 años de conflicto armado, ser un defensor ambiental es una labor titánica, despreciada y, con frecuencia, silenciada.
La base de datos de Tierra de Resistentes comprende más de 2.400 hechos victimizantes contra organizaciones, comunidades y defensores del medio ambiente ocurridos durante 10 años en 12 países de Latinoamérica. Esta información es pública.