Brasil no es un lugar amable para quienes luchan por preservar sus vidas y la naturaleza sin disponer de poder económico y político. Es el campeón mundial en amenazas y de ataques contra personas que defienden el ambiente. La violencia en el campo ligada a lucha por la tierra es un factor permanente y determinante en las relaciones sociales del país. En los estados de Rondonia y Maranhao, en la Amazonia, reportamos casos de invasiones a territorios indígenas y de acoso a comunidades tradicionales. Conversamos con liderazgos amenzados por su resistencia y documentamos la degradación socioambiental causada por la deforestación y obras de infraestructura.